Un viejo texto que hice hace un tiempo y me gustaría compartir
Realmente, no sabía que hacer. Prendí un pucho, y la vi alejarse. Parecía una de esas reinas de belleza, igual de hermosa, igual de majestuosa… e igual de egoísta.
No sé porque la habré elegido a ella, es decir, uno sabe cómo pasa eso?, un día estás rompiendo autos en Nueva York en la despedida de soltero de un adinerado amigo, y al otro, en la estación de tren de caballito, viendo como se aleja, airada.
Viendo que estaba solo, me fui para el lado de la cancha de ferro, y en Rivadavia y rojas, donde dejé mi moto. Era la 1 y pico de la mañana. Había salido a un bar, con unos amigos del laburo (Trabajo de profesor de apoyo en un instituto, de esos que preparan a los pibes para dar los ingresos a ciertas escuelas), a tomar unas cervezas, y divertirnos.
Déjame pensar, eso fue a las 10 de la noche. A las 12, estaba con la reina de belleza, bailando, bajo el efecto de un funesto brebaje que preparó tito. La llevé a mi casa (vivo por el parque Rivadavia). Me llevó a la estación, me besó furiosamente, me dio una cachetada, y se fue.
Por qué? Siempre terminó así? A las 2 de la mañana, viendo televisión, deseando que nada de esto hubiera pasado. Sabía que el lunes había laburo, pero por el momento, era la madrugada del domingo, así que prendí un último cigarro, lo fumé a medias, algo cansado, lo apagué y me dormí en el sillón, viendo alguna serie de warner o de sony, no me acuerdo. Cuadro deprimente, por cierto.
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